Creo que es cierto que la edad no nos salva del amor pero en cambio el amor sí nos salva de la edad, lo creo firmemente siempre que hayamos evolucionado en nuestra vida de forma constructiva, que seamos capaces de seguir experimentando curiosidad, emoción, anhelo de vivir intensamente hasta el último minuto, y eso se construye a lo largo de una vida. Kate es un ejemplo.
Marta Rivera de la Cruz publica nuevo libro que, como todos los suyos, nos hace pasar un rato estupendo, entretenido, haciéndonos olvidar por unas horas la realidad que nos rodea.
El personaje de Kate, una viuda de 71 años que ha vivido de forma anodina un matrimonio "correcto y amable" pero que en el fondo de su alma siempre suspiró por el muchacho a quien rechazó varias veces, se encuentra con un regalo maravilloso en la etapa final de su vida. Aquel joven apuesto y encantador vuelve a buscarla 50 años más tarde para pedirle que se case con él, después de pasar también por otro matrimonio fallido y, como en los cuentos de hadas que quizá alguna vez se cumplen, encontrarán ese amor con el que todos soñamos.
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