jueves, 26 de diciembre de 2013

Hasta siempre


Se me está acabando el año (2013), maldito año, que comenzó arrebatándome a un entrañable amigo y se despide arrebatándome a otro. Aún no ha terminado el año, le quedan apenas cuatro días y espero que no vuelva a hacer de las suyas.

El mejor adjetivo que podía tener para ellos era ese “entrañables”. Se puede ser simpático, agradable, cariñoso, bueno, buena persona e incluso algo tan difuminado como “buena gente”, pero cuando catalogamos a alguien de “entrañable” es alguien que nos traspasa   y se nos mezcla con nuestras propias “entrañas”, se funde en parte con nosotros y se hace un poco nuestro.

Me quedarán para siempre sus abrazos y sus risas, siempre francas y verdaderas. Yo sé que no se han ido, pero a mí me los han arrebatado.

A Ramón Lamas y Tuti Segovia in memoriam